Los operadores españoles del sector cárnico que exportan sus productos a países extranjeros, ya sea de la zona euro o fuera de ella, están sometidos a los altos requisitos exigidos a nivel europeo y estatal para este tipo de actividades comerciales, sobre todo en lo referente a la salud pública, salud animal e higiene en toda la cadena alimenticia, desde la granja hasta la mesa (lo que conocemos como trazabilidad, un aspecto fundamental en la legislación europea)