La Aesan advierte que el cambio climático incrementará las zoonosis alimentarias en España
El Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha llevado a cabo una revisión actualizada de las evidencias científicas sobre la influencia del cambio climático en la transmisión de patógenos de origen alimentario.
El informe apunta que el cambio climático también tiene implicaciones en el sector veterinario, debido a las zoonosis, pues aumenta la susceptibilidad de los animales a enfermar, incrementando la excreción de patógenos.
Por ejemplo, en avicultura, se estima que el calentamiento favorecerá la colonización y el crecimiento de salmonela en pollos de engorde; y, en el caso de Campylobacter —la zoonosis más notificada en Europa en 2023—, inviernos más templados pueden favorecer la supervivencia de vectores como las moscas y elevar los casos.
Asimismo, las alteraciones de temperatura y precipitación afectan los ciclos de parásitos de transmisión alimentaria (por ejemplo, Cryptosporidium, Toxoplasma o Trichinella), con potencial de incrementar su prevalencia.
“Este fenómeno global representa una amenaza emergente para la seguridad alimentaria y la salud pública, ya que las alteraciones en los patrones climáticos como el aumento de las temperaturas, la variabilidad en las precipitaciones y los cambios en la humedad ambiental afectan directamente a la ecología, distribución y persistencia de agentes patógenos”, sostienen.
Uno de los principales desafíos en el contexto del cambio climático, afirman, es la notable capacidad de adaptación de los patógenos a condiciones ambientales variables. “Diversos estudios han demostrado que microorganismos como Salmonella, Campylobacter, Escherichia coli y especies del género Vibrio tienden a mostrar una mayor prevalencia en entornos con temperaturas elevadas, ya que el calor puede favorecer su crecimiento, supervivencia y capacidad de infección", indican.
Por otro lado, la variabilidad en las precipitaciones y la humedad ambiental han beneficiado la persistencia y diseminación de otros agentes, como virus entéricos y ciertos parásitos, al facilitar su transporte en aguas superficiales o su supervivencia en suelos húmedos”, señalan.