La reducción del pastoreo en la última década, clave en la propagación de los incendios
La reducción de la ganadería extensiva en España, con censos que han caído más de un 8 % en los últimos 10 años, se ha convertido en un aliado para la propagación de incendios en unos bosques necesitados de rumiantes que coman pasto para que esa cubierta no se convierta en combustible para el campo.
Los paisajes de ganado pastando en dehesas, montes, praderas y valles son postales cada vez menos usuales y eso es algo que queda reflejado cuantitativamente: entre 2014 y 2024 la cabaña de ovino (esencial para el pastoreo) se redujo un 12,6 % (13,5 millones de cabezas a finales del año pasado).
En caprino, el retroceso fue también de un 12,6 % en ese período (ahora hay censados 3,26 millones de animales de esta especie) mientras que en vacuno hubo un ligero ascenso del 3,95 %, hasta los 6,32 millones de cabezas, según la encuesta de "Efectivos de Ganado" del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Una herramienta, no una solución
Desde la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, uno de sus directivos Joan Alibes defiende, en declaraciones a Efeagro, que la ganadería no es la solución, pero "sí una herramienta" ante esta problemática.
De hecho, ha resaltado el papel histórico y clave que tiene en la reducción de biomasa, en la fijación de carbono, en la proporción de alimentos "con muy baja huella" o en la aportación a la biodiversidad vegetal porque "hace ese trabajo que hacían las grandes manadas de herbívoros de forma natural".
Alibes, que tiene ganadería de ovino en extensivo en Lugo, repara en que la situación actual de incendios es "dantesca" y también mantiene que entre las principales causas están las condiciones meteorológicas "debidas a una situación de emergencia climática que es conocida y palpable".