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Cerca de 250 profesionales siguieron la mesa redonda sobre el etiquetado nutricional frontal de los alimentos NutriScore, organizada por Colvema

La jornada tuvo lugar en formato híbrido, presencial y online, y en ella intervinieron ponentes de alto nivel científico quienes expusieron, durante tres horas, las principales novedades en relación con este complejo tema, que ha generado numerosos debates

Martes, 26 de octubre de 2021

La inauguración y clausura de la jornada corrió a cargo de la vicepresidenta y responsable de formación de Colvema, Ana Pérez Fuentes, quien se encargó de presentar al moderador de la mesa, Lázaro López Jurado, del departamento de docencia e investigación de la Jefatura de Estudios del Instituto de Salud Carlos III y miembro de la comisión de formación de Colvema.


La vicepresidenta Ana Pérez Fuentes, junto al moderador de la mesa, Lázaro López Jurado

Explicó que el objetivo de la jornada titulada “Derecho alimentario: aplicación de Nutriscore”, es el de clarificar en la medida de lo posible, las numerosas cuestiones que han surgido desde que se creó el Nutri.score, ya que, hay algunos sectores que no lo consideran adecuado y se ha generado cierta polémica respecto a su aplicación.

Lamentó que la gran mayoría de los asistentes hubieran elegido el formato online ya que considera enriquecedor el poder relacionarse e intercambiar opiniones de manera directa con otros profesionales, en este tipo de jornadas.


De izquierda a derecha: Ascensión Marcos (CSIC), Miguel Ángel Royo (Instituto de Salud Carlos III), Irene Gadea (AESAN), Lázaro López Jurado (ISCIII y Colvema) y Pilar Velázquez (Velázquez Abogados)

¿Qué es Nutri-score?
Para facilitar la elección de alimentos saludables de forma rápida y visual, numerosos países de Europa han apostado por un logotipo colocado en la parte frontal del envase, que, con una escala de 5 colores y cinco letras diferentes que, proporciona a los consumidores una información nutricional más clara y comprensible.


Esta nueva herramienta se llama Nutriscore, y ya puede visualizarse actualmente en muchos productos habitualmente comprados en supermercados. En Nutriscore, la escala de colores va aumentando, iniciándose en el verde oscuro (letra A), y pasando por el verde claro (letra B), amarillo (letra C), naranja claro (letra D) y naranja oscuro (letra D). En un mismo rango de productos, cuanto menor sea el orden de la letra en comparación con un producto similar, mejor valoración nutricional tendrá el producto en cuestión.

En 2017 el organismo de salud pública francés, en cooperación con nutricionistas independientes, introdujo esta etiqueta de forma voluntaria en Francia. Bélgica se sumó en 2018, España y Portugal en 2019 y Alemania oficializó su introducción en 2020. Y aunque hay voces que se manifiestan en contra del tipo de ponderación que hace el algoritmo de Nutriscore, lo cierto es que la mayoría de los colectivos científicos y asociaciones de consumidores en Europa se muestran a favor de que la industria alimentaria implante este sistema de etiquetado de colores. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que esta herramienta no compara tanto una categoría de producto con otra (no son comparables, por ejemplo, los datos obtenidos en un aceite de oliva con los de un refresco bajo en azúcar) sino que su objetivo es que el consumidor pueda comparar alimentos iguales en el momento de la compra.

Ante dos productos similares es muy probable que los consumidores, cada vez más preocupados por la salud, elijan aquél que mejor Nutriscore presente. Aunque actualmente es voluntario, se espera que en un futuro no muy lejano, en el ámbito de la UE, se presente una propuesta para establecer un etiquetado de nutrición obligatorio y armonizado en todo el territorio.

Un sistema voluntario por ahora, que genera numerosas cuestiones
La primera ponente en intervenir fue Pilar Velázquez, abogada y Master en Derecho europeo, quien expuso el Marco jurídico de la información al consumidor y como ha evolucionado esta legislación desde 1ª Directiva 79/112 sobre etiquetado hasta el Reglamento UE 1169/2011, así como las perspectivas de futuro. Explicó que la información al consumidor, es algo más que el etiquetado, incluye, redes sociales y publicidad.

También expuso los diferentes modelos de información nutricional en el mundo, tales como los sellos chilenos o el semáforo inglés o el modelo nórdico de cerraduras de el etiquetado nutricional “front of pack”(FOP).

Velázquez también profundizó en la idea que los perfiles nutricionales fue el germen de los sistemas actuales y resaltó que el Reglamento CE 1924/2006 sobre declaraciones nutricionales y de propiedades saludables era la clave para afianzar NutriScore.

Por último, expuso la armonía de este tipo de información, con el actual Pacto Verde europeo y dentro de la estrategia “de la granja a la mesa”.

A continuación, Irene Gadea, Jefa de Servicio de Gestión de Riesgos Nutricionales  de la AESAN, explicó perfectamente en qué consiste el etiquetado frontal FOP que se define como cualquier sistema que presenta información nutricional complementaria, de forma simplificada en el campo visual principal del envase (frontal) y cuyo fin es ayudar al consumidores la elección de los alimentos más saludables, que le permitan tener una dieta equilibrada y acorde a las recomendaciones nutricionales generalmente aceptadas Según comentó, 'su creación obedece en la incansable lucha que debemos librar contra la obesidad y más concretamente contra la obesidad infantil, siguiendo la estrategia de la OMS'. Hizo una exposición sobre etiquetado obligatorio y voluntario e informó del intenso debate que existe a nivel internacional, dentro del seno del Codex Alimentarius FAO/OMS. Su implantación parece ser que en Europa está prevista para final de 2022, anunció.

Por ultimo expuso que este etiquetado no sustituye al etiquetado nutricional sino que sólo lo interpreta. Finalizó su intervención con la lista de países que lo están usando en la actualidad, de manera voluntaria, entre los que se incluye España, así como la hoja de ruta prevista.

La exposición de Miguel Ángel Royo, de la Escuela Nacional de Sanidad y experto en temas de obesidad, se basó en la importancia de los perfiles nutricionales y sus aplicaciones en el etiquetado frontal interpretativo y en la regulación de la publicidad y la oferta alimentaria.

A su juicio, el objetivo primario sería mejorar la comprensión de la información por los consumidores y evitar posibles confusiones, ya que debe servir de base para una decisión de compra bien informada. También reflexionó sobre cual sería el mejor sistema de etiquetado frontal interpretativo de entre todos los existentes.

Finalizó hablando de los edulcorantes acalóricos y de los impuestos a las bebidas azucaradas, como hitos en la lucha contra la obesidad, y recalcó que el etiquetado frontal interpretativo debe basarse en los perfiles o criterios nutricionales (relativos a nutrientes o ingredientes) que mejor respondan al objetivo de reducir el impacto en salud y ambiental, derivado del creciente consumo de productos ultra procesados.

Por último, intervino Ascensión Marcos, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para exponer aquellos extremos por los que el NutriScore aun no responde a lo que de este tipo de información se espera, y aboga por un mayor estudio y consenso científico entre investigadores y empresas europeas, antes de su posible implantación.

Explicó la paradoja del aceite de oliva virgen, que estaría mal valorado por el NutriScore con las bondades que este alimento tiene, semejante al caso del jamón ibérico o los alimentos con denominación de origen y aquellos artesanales, que a su juicio, deberían estar exentos de este sistema de información. ‘Lucha contra la obesidad si, pero no a cualquier precio’, sentenció.

Finalizadas las exposiciones de los ponentes, el moderador, Lázaro López, cedió la palabra a los asistentes a la jornada, tanto de manera presencial como a través de Zoom, quienes plantearon una serie de interesantes preguntas y sugerencias, que dieron brillantez a esta enriquecedora Jornada.