Cuando se desmanteló la vieja Fe, parte del equipo se repartió pero muchos estaban obsoletos para la medicina humana y no se pudieron reubicar en otro hospital al estar a punto de agotar su esperanza de vida, 'se quedaron ahí, nosotros los reclamamos y se donaron, entre ellos el TAC', ha declarado el director veterinario del Oceanogràfic, Daniel García