España es el único país de la UE en el que aún se permite la caza con galgos. "Cuando ya no sirven para cazar o correr, son asesinados, unos 50.000 al año", explica Ana Clemens, presidenta de la asociación SOS Galgos
España es el único país de la UE en el que aún se permite la caza con galgos. "Cuando ya no sirven para cazar o correr, son asesinados, unos 50.000 al año", explica Ana Clemens, presidenta de la asociación SOS Galgos
Ayer domingo, en el parque del Retiro de Madrid, cerca de 3.000 personas se manifestaron solicitando al gobierno una Ley Nacional que castigue adecuadamente el maltrato animal
Mañana domingo 1 de octubre, a las 12 horas, la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad de Madrid (FAPA), acompañada por una veintena de famosos y protectoras de toda España, pedirá una Ley Nacional de Protección de los Animales
"El perro de color melón en el veterinario" es el título de un cuento que han editado el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid y la asociación El Refugio para enseñar a los niños las obligaciones que conlleva la tenencia de una mascota
Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad de Madrid (FAPA) ha solicitado al Gobierno una reunión con carácter de urgencia tras el suceso del perro apaleado en Galicia, al que se suma ahora este nuevo caso
A raíz de los hechos acaecidos en Galicia, la FAPA convoca una marcha canina para el 1 de octubre en El Retiro (Madrid), a la que asistirán más de una decena de asociaciones protectoras de toda España y en la que se exigirá una ley nacional de protección animal al Ministerio de Presidencia
La Comunidad de Madrid y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, con la colaboración de distintas asociaciones de protección animal, se han incautado de más de 300 perros en Navalfuente y El Molar que estaban destinados a la venta ilegal
Según un estudio realizado por la Fundación Affinity, en España fueron abandonados 96.530 perros en el año 2005, un 2 % menos que en 2.004. La cifra desciende con los años, pero los datos aún resultan alarmantes, sobre todo si se comparan con la del resto de países europeos