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Los veterinarios europeos demandan un sistema centralizado de registro de pasaportes de caballos para garantizar la protección al consumidor

En opinión de la FVE, es necesario crear un registro europeo de pasaportes equinos para reducir el riesgo de que caballos que hayan sido excluidos de la cadena alimentaria y tratados con medicamentos no permitidos en alimentos para consumo humano, puedan ser re-introducidos en ella, como ha como ha ocurrido con la fenilbutazona detectada en preparados cárnicos

Viernes, 22 de febrero de 2013

La Federación Veterinaria Europea (FVE) ha publicado una nota de prensa en la que ponen de manifiesto la necesidad de reforzar los mecanismos para proteger  al consumidor y garantizar su confianza en la seguridad de los alimentos.

En ella, los veterinarios defienden el derecho a los consumidores a que los alimentos sean seguros y que la información que aparece en el etiquetado sea fiable. Los hechos como los ocurridos recientemente con la detección de ADN equino e productos de carne de vacuno y de restos de medicamentos veterinarios no permitidos en algunos casos, no sólo mima la confianza del consumidor en la industria alimentaria sino también en las autoridades encargadas del control de los alimentos.

La FVE reconoce que en las últimas décadas la UE ha realizado grandes avances en el control de la seguridad alimentaria pero hace un llamamiento para que se lleven a cabo controles más eficaces a lo largo de todos los eslabones de la cadena alimentaria para que la información que acompaña a cada producto sea completa y correcta.

En lo que respecta a la detección de residuos de fenilbutazona en algunas muestras de productos cárnicos, los veterinarios quieren destacar el hecho de que existe una sección en el pasaporte equino en la que el veterinario debe hacer constar si un caballo puede ir destinado al matadero o no. La principal razón para decidir que un caballo no sea nunca destinado a consumo humano suele ser que ello permite al veterinario tratar a ese animal con un amplio abanico de medicamentos.

El problema viene cuando se demuestra, por el hecho de encontrar restos de fenilbutazona en carne destinada a consumo humano, que este sistema no funciona correctamente ya que el pasaporte en el que la exclusión de un animal de la cadena alimentaria debe estar reflejado, no acompaña a ese animal durante toda su vida y por eso un caballo que, inicialmente estaba excluido de la cadena alimentaria, puede acabar reingresando en ella.

En el caso de la fenilbutazona, se trata de un antiinflamatorio cuyo uso no está permitido en humanos y que en algunos países de la UE puede utilizarse en équidos siempre y cuando no vayan a ser destinados a consumo humano. Por ello, la FVE considera inaceptable que un sustancia prohibida en caballos que vayan a ser destinados a matadero se haya encontrado en carne  para consumo humano.

Esto evidencia, en opinión de la FVE, la necesidad de crear un registro europeo de pasaportes equinos para reducir el riesgo de que caballos que hayan sido excluidos de la cadena alimentaria puedan ser re-introducidos en ella.

Además, los veterinarios europeos hacen un llamamiento a los estados de la UE para que, a pesar de la crisis, mantengan íntegramente los servicios veterinarios porque es precisamente en estos tiempos cuando los operadores alimentarios sin escrúpulos aprovechan para llevar a cabo estas actividades fraudulentas.